Resulta que con el super auge de las cámaras digitales nos enfrentamos a la ultra invasión de la imagen propia y a una lluvia de flashes insólita. El punto está en que no sólo aburre vernos a nosotros mismos por todos lados sino que esto, que parece una nimia invención, se está tornando un grave problema social, tema de debate y punto de conflicto en las mesas de amigos.Más allá del tiempo que se gasta en preparar la escena para capturar el instante fugaz (tan fugaz como el que acaba de pasar) la cosa se complica y se crea un clima de descontento cuando otro de tus amigos dice: “Qué buen momento para sacar una foto!”. Una vez más pararse, abandonar la silla, abracito, sonrisita y… lluvia de flashes. El asunto se torna tedioso cuando quienes tienen cámara digital no quieren una fotito… sino una saga, una réplica del acontecimiento por cuanto no terminaste de volver a tu lugar que ya te estás parando de nuevo para sacarte una foto similar a la anterior. Uno termina el encuentro más mareado de pararse para la foto, que por algún trago que tomó.
Esto no sería tan grave si no fuera porque las cámaras hoy poseen el bendito display ¿Y quién puede resistirse a ver cómo salió? Entonces luego de la trigésimo cuarta foto de la jornada, pedimos las cámaras prestadas ¿Para qué? Para ver las fotos, obvio. La cuestión es que en vez de charlar te la pasaste posando y mirando tu pose como si nunca te hubieses visto la cara (Muy divertido, ehh!). Todavía me acuerdo cuando sacarse una foto valía la pena, tenía emoción, había suspenso y adrenalina (pero es tema de otro post).
Ya en tu casa, refugiado de los flashe, como no tenés nada que hacer, entrás a FBK mirás las noticias y esperás a ver si tus amigos ya subieron las fotos, te ponés ansioso por ver algo que ya viste (una locura), querés volver a mirar esas fotos como si no hubieses sido arte y parte del acontecimiento.
Ya en tu casa, refugiado de los flashe, como no tenés nada que hacer, entrás a FBK mirás las noticias y esperás a ver si tus amigos ya subieron las fotos, te ponés ansioso por ver algo que ya viste (una locura), querés volver a mirar esas fotos como si no hubieses sido arte y parte del acontecimiento.
Y como estás al divino botón ¿Qué haces? Por fuera de todos los pronósticos… Comentás la fotoooo! y practicás aquello que, los compañeros de militancia, llaman “Auto-bombo”.
6 comentarios:
Yo no soy muy fana de las fotos entre amigos/as. Me gustan las fotos casuales nomás y sacar por la calle a las personas que caminan.
Tengo un compañero y amigo de militancia (ya que mencionaste ese tan conocido significante militante del "autobombo" je) que saca las fotos cuando no nos damos cuenta, la verdad es que salen barbaras!
La pose nunca me gustó, pero imagino que habrá tenido su magia en tiempos de Niépce y Daguerre...uff hace mucho jaja
Saludos
Creo que una salida entre amigos sin una camara de por medio pierde la magia, ultimamente es mas divertido que quede el documento de el momento que vivir el momento en si.. muy interesante!
P.D Me gustaria corroborar si el examen final de remanentes es el dia 2/02 a las 9 hs.
Gina, no creo que sea el 2 de febrero. Suelen ser a mediados de mes. Averiguá en Ciudad universitaria. Un beso. Valeria
Mirá, Valeria, coincido con lo que decís y a ello agregaría algunas experiencias propias desagradables.
1- Por sacarle una foto a mi hija cuando le entregaron el título de la secundaria en el magno salón de Buenos Aires, me perdí de verla y, encima, la foto salió mal. Cuando se recibió mi hijo en la UBA algo había aprendido.
2-Tengo un amigo que una vez me sometió a ver 600 fotos de un viaje suyo. Quise desquitarme y el muy taimado me dijo, ¿por qué no vemos una película?. Gracias a eso vi "La comedia del poder" de Chabrol en la que lo más importante es el "making of" con el que disiento.
Pero algo aprendí: mi amigo ya no me somete más al suplicio de las fotos.
Mirá, Valeria, coincido con lo que decís y a ello agregaría algunas experiencias propias desagradables.
1- Por sacarle una foto a mi hija cuando le entregaron el título de la secundaria en el magno salón de Buenos Aires, me perdí de verla y, encima, la foto salió mal. Cuando se recibió mi hijo en la UBA algo había aprendido.
2-Tengo un amigo que una vez me sometió a ver 600 fotos de un viaje suyo. Quise desquitarme y el muy taimado me dijo, ¿por qué no vemos una película?. Gracias a eso vi "La comedia del poder" de Chabrol en la que lo más importante es el "making of" con el que disiento.
Pero algo aprendí: mi amigo ya no me somete más al suplicio de las fotos.
A veces pienso si no hay eventos que se crean para sacar fotos y subirlas a algún lado. Como los pseudo eventos periodísticos, que se hacen solo para que salgan en los medios.
Perdimos el aura del momento Vale, que diría Benjamin, el ícono es el cruel dispositivo que viene a denunciar la ausencia del presente. Como dice el que escribio más arriba, si te perdes el evento más importante de tu hija con tal de sacar una foto, es que el momento no importaba nada, solo el storytelling.
Saludos.
firma: el anónimo!
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