miércoles, 13 de octubre de 2010

La comunicación: ¿Qué misterio guarda la palabra que vuelve visible lo invisible?

Autores: Julio Bárbaro – Valeria Esposito
Octubre 2010 – Buenos Aires
Documento de la Cátedra J. Bárbaro - Comunicación Social - UCES.  – 
Cuando Hablamos de Comunicación hablamos, entre otras cosas, de signos. Signos que Peirce dividió en tres tipos: íconos, índices y símbolos o, en otras palabras; imágenes, gestos y lenguaje.
En este sentido, la comunicación es la representación de los hechos pero, en otro sentido, los hechos mismos también comunican. Esto que parece paradójico, en el fondo no lo es, este doble filo de la comunicación tiene que ver con que el hablar, la enunciación, es por un lado representación y por otro lado hecho social, práctica, es decir, la mismo tiempo fenómeno  y representación.
Existen tres modos de abordar teóricamente el fenómeno de la comunicación: 
1-comunicación abordada desde la legislación sobre la comunicación -de masas e individual- abordada desde la estructura propietaria de los medios o  historiada a través de las diversas teorías de la comunicación (análisis de las tics, análisis matemático de la comunicación, fenómeno cognitivo y/o psicológico, teorías sociológicas sobre la comunicación, análisis críticos sobre la comunicación y  el poder, etc.).
 2-Enunciación que comprenden el estudio de las teorías del signo, las teorías de los discursos sociales, las teorías decontructivistas, las teorías filosóficas sobre el lenguaje, el Giro lingüístico de Wittgenstein, las teorías retóricas y/o de argumentación, etc.
3-Narración que comprende el estudio diegético de las tramas literarias, las teorías literarias, cinematográficas, estéticas, artísticas, etc.

Más allá de esta clasificación primera, acerca de los modos de abordaje del área, la palabra comunicación, o comunicación social es una palabra compleja porque abarca un sinfín de actividades muy diversas, como por ejemplo, la comunicación mediática (cine, tv, radio, prensa, internet, etc.), la comunicación cara a cara como el diálogo o la conferencia.  El acto de escribir, de difundir, pero también la vestimenta, los objetos, los gestos corporales, los espacios arquitectónicos. Un cuadro, una obra musical, un discurso político, una clase y la propaganda política, son todos elementos que pertenecen al mundo de estudios de la comunicación. Que a su vez abarca aspectos técnicos, legales, económicos, empresariales, políticos y subjetivos.

Y decimos que es un mundo complejo porque cuando una persona se comunica, habla, escribe o dice; crea desde su subjetividad, creada por múltiples factores: vivencias, ideas,  experiencias previas, el ámbito y el contexto en donde se pronuncia, ideología, factores psicológicos, competencias culturales, valores, juicios, prejuicios, creencias, mitos, etc.  En definitiva, lo mencionado, son discursos que nos fueron constituyendo y, así mismo, cuando una persona escucha, recibe un mensaje (receptor) lo hace desde su marco cognitivo, ideológico, desde sus competencias culturales, sociales, vivencias, ideas, valores, etc. (en definitiva, discursos que lo fueron constituyendo).  En este sentido el sujeto que se comunica está atravesado por discursos previos al igual que el que escucha y es justamente Catherine Kerbrat Orecchioni, en su texto “De la subjetividad en el lenguaje a la problemática de la enunciación”, la que pone de manifiesto este tema al criticar o profundizar el Esquema comununicacional de Roman Jakobson.

Lo que la autora manifiesta es que el hombre es quien es, por los discursos con los que se fue encontrando y lo fueron atravesando, esto es llamado en las teorías semiológicas, lingüísticas y de comunicación: La polifonía en el lenguaje.  En este sentido también podemos plantear que la comunicación es aquella práctica que nos constituye en humanos y nos distancia de la animalidad pura, ya que es a través de todos los sí y los no, que el hombre fue recibiendo a lo largo de su vida (en su familia, escuela, trabajo, etc.) que se ve transformando de animal o cuerpo biológico en ser social o cultural. 

Comunicación en Medios:
En este sentido también planteamos que la comunicación no es lineal (siempre hay desfase[1]) y que si analizamos medios de comunicación no podemos adherir livianamente a una teoría de la manipulación de los medios lineal hacia la población ya que nunca se lograría del todo. Sin embargo si tuviéramos que pensar en qué teorías podrían describir el fenómeno de la comunicación social mediática, pensaríamos que la misma tiene un rol persuasivo, que instala temas en la sociedad (Teoría de la Agenda Setting[2]) y/o que visibiliza –y construye- hechos, entre otros fenómenos culturales, que sólo son posibles gracias a ella.  
Por otra parte, podemos analizar las TICS (Tecnologías de Información y Comunicación) y decir que nos encontramos en una sociedad Hiper e Hipo mediatizada ¿Qué significa esto? Nuestra sociedad está Hipermediatizada por los medios de comunicación y mediadores (sus actores políticos y contenidos) y también está Hipomediatizada porque con la computadora cada vez tenemos menos mediadores.

Comunicación y Cultura:
Otra palabra compleja que está íntimamente relacionada con la comunicación es la palabra cultura, ríos de tinta han caído tratando de definir ¿Qué es la cultura?
Hay una frase de Walter Benajamin, que era un crítico asociado lateralmente  a la escuela de Frankfurt, escuela que se dedicó a estudiar y criticar[3] la comunicación de masas;  dijo que “cada documento de cultura es al mismo tiempo un documento de barbarie”.  Esta frase la tomamos para poner en evidencia la contradicción en la que nos movemos los sujetos, en este sentido, señalamos  que: comunicarse, enseñar, dar una clase, armar una institución educativa, armar una empresa, un sindicato, un partido político, una familia, charlar, dialogar, armar un blog, un programa de tv, hacer política, tener amigos, postear en facebook, salir a pasear, viajar, etc.  Son todos los actos sociales  y por tal son procesos de producción de sentido culturales y contradictorios muchas veces; por ello,  para analizar la comunicación de una sociedad o la cultura, necesitamos de las herramientas que nos proporciona la Teoría de los Discursos Sociales, que entienden a todo fenómeno como un acto de cultura complejo, productor de sentido y por tal semiótico.  No debe pasarse por alto que cuando Benjamin dice que al mismo tiempo todo acto de cultura es un acto de barbarie, nos señala que toda fundación cultural (inclusive los actos biológicos[4]) implican cierta brutalidad, es decir, al mismo tiempo que creamos y recreamos la cultura también jerarquizamos, valoramos, reunimos, separamos, imponemos, etc. Siempre que construimos cultura la construimos sobre algo que existió anteriormente y que dejará de existir o al menos dejará de ser lo que era, antes de esa fundación nueva.

Bajando estos conceptos a ejemplos concretos, lo que estamos diciendo es que al mismo tiempo que la ciencia aplicada inventa aparatos, tecnología para hacernos la vida más confortable, también es la misma ciencia la que crea la bomba atómica o la que nos aleja de la espiritualidad. En este sentido también planteamos que si bien la educación nos ilustra, al mismo tiempo genera los excluidos de la educación, los analfabetos, es decir, la educación nos ilustra y a su vez también nos aleja de la espontaneidad [5]y tal vez de maneras de ser más libres y esa es su contradicción. Por otra parte, llevado al extremo el postulado de Benjamin, nos invita a reflexionar sobre la vida y la muerte; así como todo acto de cultura es al mismo tiempo un acto de barbarie, toda fundación, todo nacimiento, todo “dar vida” también implica dar la muerte y es sobre estos temas que pensamos, cuando pensamos profundamente en la comunicación.
Y es porque entendemos esta profunda fractura, esta profunda contradicción, que sabemos que una palabra, una frase, un mensaje, una comunicación…  puede conmover, unir, apaciguar; pero también separar, desatar una guerra, lastimar. Sabemos que la palabra es un puente y al mismo tiempo un arma, por ello reflexionamos sobre la comunicación, buscamos entender su mecanismo, su importancia… su poder.


Comunicación y  Significación:
Hoy nos encontramos en un auge o en un exceso de comunicación o de posibilidades técnicas de comunicación... Hace unos años preguntaron, si en virtud de las nuevas tecnologías ¿Estamos mejor comunicados? Lo cierto es que sí y no; y de nuevo el oxímoron, la paradoja, lo irresoluble, lo imposible, el hiato, la contradicción, la ambigüedad de la que es casi imposible salir y que elegante y provisoriamente podemos llamar: polisemia. Esta fue la respuesta frente a la pregunta:

“Sin ninguna duda hoy tenemos más posibilidades de estar mejor comunicados que hace un par de años. Las posibilidades de convocar e interactuar con el otro son casi infinitas. El tiempo, el espacio y el dinero ya no son un impedimento para acercarse, conversar o interactuar con alguien que está lejos. Hoy las posibilidades técnicas eliminan las distancias entre sujetos geográficamente distantes que pueden estar simbólicamente presentes compartiendo un mismo aquí y ahora.
El problema son las barreras que el sujeto enfrenta al comunicarse con el otro, esto no lo soluciona la tecnología. No hay messenger que valga ni mensaje de texto posible para aquel que no puede tender un puente, un enlace, hacia el otro amalgamando sentidos propios y ajenos. 
Es decir, que existan las posibilidades técnicas para que las personas se comuniquen entre sí de una manera más cotidiana y fluida no elimina las barreras subjetivas que todo individuo tiene al dirigirse a otro. Tal vez la tarea que tengan que enfrentar las generaciones futuras sea la de conjugar las innumerables posibilidades tecnológicas de contacto con el esfuerzo humano que implica la verdadera comunicación interpersonal.”

Con este fragmento destacamos que si bien a través de las tecnologías de comunicación (los aparatos pero, también el lenguaje) podemos acercarnos a los otros también podemos marcar las diferencias, distanciarnos. En un mismo diálogo podemos buscar lo que nos une o lo que nos separa. Es así, como en esa misma conversación podemos nombrar las mismas cosas de manera diferente y con ello, también, construir los hechos de maneras distintas, valorarlos y juzgarlos  de manera desigual. Esto se conoce como la acentuación ideológica del signo. Según Voloshinov[6]Donde hay signo hay ideología” y donde hay ideología hay disputa por el sentido, por las representaciones. ¿Qué significa esto? Esto significa que frente a un mismo hecho, por ejemplo un espacio con mesas y sillas podemos llamarlo “bar” o “comedor” y las connotaciones que tienen ambas palabras son muy diferentes, una califica al espacio de manera positiva y otra negativa o neutra. Esto mismo pasa en los discursos políticos podemos llamar a la dictadura de 1976 “Gobierno de facto” o “Gobierno genocida”, es decir llamar al mismo hecho de maneras diferentes y con ello juzgarlo.

En este punto se nos plantea la pregunta ¿Qué significa significar?  Y significar sería algo así como conectar representaciones, girar en vacío de un signo a otro, y en este conectar representaciones cada uno de nosotros construye su relato, es decir, su particularísima manera de mirar el mundo,  es decir el propio punto de vista, que se expresa en nuestro diálogo.
Llevado al extremo todo este análisis de la comunicación, nos hace tambalear hasta las convicciones religiosas más profundas, pensemos que la biblia, el Génesis, más precisamente dice: 

“Dios dijo `hágase la luz’ y se hizo la luz y así creó la luz y nos sacó de la tiniebla y llamó a la luz día y a las tinieblas noche. Fue Dios también el que dijo: `Júntense las aguas que están debajo ‘de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares.”  
Más allá de las creencias que cada uno de nosotros tengamos, notemos que la religión nos lleva a pensar que la creación sólo es posible a través de la palabra, es decir, de la comunicación y que es ella la que crea el mundo, porque Dios nombra[7] y al nombrar crea, funda, da entidad, da existencia! Por otra parte, recordemos que estos relatos bíblicos son fundantes de occidente y en este sentido fundan nuestro mundo perceptivo, fundan lo real, aunque también hay otros relatos, es decir otras maneras de contar lo mismo y en este sentido la ciencia es el relato antagónico al bíblico o religioso, no así la filosofía, que está entre ambos. La religión y la ciencia son relatos antagónicos y compiten por el poder, que es la adhesión, la hegemonía, luchan por conquistar voluntades, entonces el campo de disputas sobre el poder es discursivo.

Por lo expuesto ¿Qué magia, qué misterio tiene la palabra que cura, tranquiliza, conmueve, pero que también rompe, lastima, ofende o angustia? ¿Por qué es tan importante si uno tiene una dificultad, un problema hablarlo?  ¿Por qué la comunicación es fundamental y fundante?

Martín Heidegger en un apartado de su libro Ser y Tiempo dijo que “la palabra desoculta el mundo”, es decir, vuelve visible lo invisible. Es la comunicación la que deja ver y de esto también puede intuirse la famosa frase psicoanalítica “cura a través de la palabra”  Pero ¿Por qué cura la palabra? ¿Por qué devela? ¿Devela? ¿Qué nos dice Heidegger?
El hecho está ahí, frente a todos, y no lo sabemos,  a veces no lo vemos, otras tantas dudamos del mismo. Los hechos están frente a todos: lo fáctico, lo empírico, el fenómeno, lo que ocurre… Puede ser una maravilla, puede ser monstruoso, puede ser ético o no, puede ser una conducta, puede ser una persona, puede ser un objeto, un vínculo, una relación, un libro, una idea… Lo cierto es que cuando alguien encuentra la palabra para nombrarlo, calificarlo, decirlo, sólo allí, a través de ese acto comunicativo el hecho adquiere status de hecho y lo empezamos a ver. Sólo a través de la representación, de la comunicación el hecho empieza a existir, para unos, para otros, para todos. Al nombrar le damos entidad, lo calificamos  de algún modo y comienza a existir para una comunidad.

Tal como lo dice Cortázar poéticamente: “En uno de sus libros Morelli habla del napolitano,  que se pasó años sentado en la puerta de su casa mirando un tornillo en el suelo. Por la noche lo juntaba y lo ponía debajo del colchón. El tornillo fue primero risa, tomada de pelo, irritación comunal, junta de vecinos, signo de violación de los deberes cívicos, finalmente encogimiento de hombros, la paz, el tornillo fue la paz, nadie podía pasar por la calle sin mirar de reojo el tornillo y sentir que era la paz.”   
La palabra califica detiene el sentido en devenir, y por unos instantes genera consensos y disensos, que son los sentidos que comparte una sociedad hasta que llegan otros nuevos, nuevas representaciones, frescas.

Pero tal vez quede más claro el asunto si recordamos otro cuento que nos devela lo enigmático de la comunicación:
“Dos delincuentes se presentaron ante el Rey de un reino medieval y haciéndose pasar por sastre dijeron que harían  un traje tan magnífico a su Rey y que, tal traje,  sería tan magnífico  que sólo serían capaces de verlo aquellas personas que fueran inteligentes; los tontos no podrían percibirlo.
Llegó el día en el que el `traje’ estuvo `listo’, al presentárselo al Rey, él no vio nada, pero frente al  temor de ser tomado por tonto aseguró que el traje era precioso. Eso mismo decían todas las personas del reino aunque veían a su Rey (en un desfile) pasearse desnudo. Esta situación, del Rey paseándose sin ropa, se mantuvo hasta que alguien  gritó ¡El Rey está desnudo! Y fue allí que todos lo advirtieron”

En fin, este es el milagro que logra la comunicación, la palabra devela los hechos, la situación puede ser vista por todos pero sólo y se vuelve visible cuando la misma se pone en palabras, se comunica. Y de esto también hablamos en comunicación social. Por ello la comunicación aclara, oscurece, une, separa, advierte… Ese es el poder de la palabra y de la comunicación.  Por ello cuando DECIMOS algo que permanecía oculto, es decir,  por fuera del ámbito de la representación, ello se puede volver un escándalo o bien la resolución de un problema.
En el famoso cuento medieval, todos veían que el rey estaba desnudo y el desfile transcurría como si nada anormal pasara, pero alguien gritó, dijo, explicó y allí ocurrió el escándalo pero también la resolución de la escena absurda.
¿Entonces? ¿De qué hablamos cuando hablamos de Comunicación? Hablamos de que La comunicación, nos vuelve visible lo invisible, pero también puede inventar y volver visibles objetos y cosas que no existen. En esta cornisa nos movemos, entre lo verdadero, lo verosímil y lo falso.

Como decía  Roland Bartehs “Con mi lenguaje puedo hacerlo todo, incluso no decir nada.” Y en este sentido cada miembro de la sociedad posee un relato propio de los hechos, porque valora subjetivamente y observa desde diferente ángulo un hecho.  En este sentido, la palabra debe ser responsable, ética y debe tener asidero (correspondencia) en lo real, en lo fáctico. Porque sino es una palabra perversa, distorsionante, dañina, y es por esto también que uno debe creer profundamente en lo que dice y de esto se trata la convicción o la conciencia de Poder, que no se inventa, es la energía que provienen de la congruencia entre: lo que uno ve, siente y dice.

Y a pesar de todo esto, la cuestión se complica un poco más cuando volvemos a recordar que la palabra esta teñida de nuestra subjetiva percepción (marcos cognitivos, marcos mentales: limites) y ello nos vuelve profundamente humanos, profundamente limitados. Esto nos recuerda que la palabra nunca pude ser objetiva; siempre es parcial, siempre es un punto de vista, siempre es carencia. Carencia, parcialidad, incerteza que sólo se resuelve parcialmente y por momentos cuando la sociedad genera acuerdos intersubjetivos y sien embargo es el punto de vista de ese colectivo y, por tal, es una verdad precaria, provisoria, consensual, epocal, y por lo tanto siempre y en constante movimiento.


[1] Teoría de los Discursos Sociales de Eliseo Verón en La semiosis Social (1985).
[2] La teoría de la Agenda Setting, elaborada a principios de siglo en EEUU por Berelson y Lazarsfeld, sostiene que si bien los medios de comunicación de masas no pueden indicarnos cómo pensar, sí pueden instalar los temas en los cuales pensar en una sociedad dada.
[3] cuando decimos criticar, no nos referimos a “hablar mal” sino a reunir, separar, analizar, describir, explicar, etc.
[4] Los actos biológicos también son en algún punto culturales debido a que siempre están revestidos de reglas, códigos, rituales que los enmarcan en modos de hacer socialmente aceptables, excluyendo  los inadmisibles.
[5] Al mismo tiempo que enseñamos también nos construimos como un saber, que en su otra cara es un poder y el poder, en algún punto es la violencia legítima, es una voluntad sobre otra. Es el profesor que rebate las creencias previas de sus estudiantes; y no podemos escapar a esta lógica… es en el espacio del aula, como en tantos otros, que generamos las jerarquías y la viejísima antinomia de hegemonía y contra-hegemonía, que tanto se empeña en estudiar la comunicación entendida como la cultura.
[6] Voloshinov , lingüista ruso, del círculo de Bajtín, o Bajtín mismo bajo un seudónimo 1895-1936.
[7] Dios nombra: ben-dice o mal-dice, crea y califica a través de la palabra. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

el concenso es el arma que da legitimidad al discurso,es una fuerza que de tanto se le debe combatir para volver a darle vida

Valeria dijo...

Puede ser, hay que pensarlo más. Un beso y gracias anónimo!