miércoles, 11 de septiembre de 2013

Google, Facebook o Dios... a esta altura es casi lo mismo

Cámara, pan-optico, pan-ojo. Ojo!
Antes del estallido de la revolución industrial, y de la posterior revolución política-francesa, las ciudades eran del tamaño de la visión de un hombre en lo alto… allí era la frontera de esa civilización.
Sin embargo, la necesidad de mano de obra para grandes fábricas instauraron una lógica desconocida para la humanidad: el cosmopolitismo, las grandes urbes, el anonimato a granel. Las calles de las ciudades proliferaron, se extendieron y consecuentemente las
ciudades se poblaron de desconocidos: anónimos y vecinos, una rareza inédita que se naturalizó y condujo a lo que la burguesía junto con el protestantismo profesado por los grandes ricachones de la época instauraron como sagrado: la vida privada. Una construcción social, acorde al régimen  de acumulación de riqueza de la época, que terminó convirtiéndose en norma.
Hoy la gente  se rasga las vestiduras pensando que Google, Facebook  o Dios, a esta altura es casi lo mismo, pueden mirarlo todo. Sin embargo en rigor –si existe- la vigilancia existió siempre, primero por una cuestión de tamaño de las sociedades, luego con los famosos sistemas de control ya analizados vastamente por Foucault y hoy a través de las cámaras (en: computadoras, pasillos, calles, entradas, etc.) redes sociales, buscadores y GPSs. La visión del hombre se extendió y con dicha extensión también se extendió su vigilancia y su poder de control sobre lo (a)nómalo.
Claro está que el pan-optico hoy es la cámara que está metida en tu propia casa, al lado tuyo, en tu mano o justo en frente tuyo como un ojo que te mira incesantemente… La cámara el tercer ojo, el ojo de la sociedad toda, que todo lo ve, todo lo juzga.. y tu ego, tu voyeurismo y tu exhibicionismo te traicionan… Paf… y el pez x las redes muere…  y sos el espectáculo de quien todos se ríen en Youtube.
El ojo-emperador, el ojo-falo, ojo-cósmico… hoy te mira a los ojos o a la frente y de frente. Computadora-alcahueta, celular-botón… Si seguís buscando un culpable:  echale la culpa a tu contacto o a tus amigos! y no a Google o Facebook de lo que siempre pasó.

Y Focault creía que “la sociedad moderna en el fondo es indiferente a la pertenencia espacial” Já. Contale eso al satélite de Google maps  o lo que es mejor.. a tu GPS que te tiene secuestrado en tu propia libertad.

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