miércoles, 16 de septiembre de 2015

El Sexo es el oRigen del LenguAje!!

Lengua, lenGuaje, penSaMiento, seXo e ideOlogía
O un regreso impensado al academicismo...


A fin de especificar el vínculo que hay entre los términos: lengua, lenguaje, pensamiento, sexo e ideología; empezaremos estableciendo que entendemos a la lengua tal como la concibe Saussure (2004), es decir, como un sistema de signos arbitrarios producto de la actividad del lenguaje humano. Es decir, comprendemos que la actividad del lenguaje construye a la lengua y que ésta, a su vez, modifica al pensamiento. Tanto Eugenio Coseriu (1991) como Dora Riestra[1] (2008) conciben al lenguaje como una actividad humana que es la actividad del habla[2] o “hablar con otros” en palabras textuales de Coseriu. No obstante, si bien el autor en su texto “El hombre y su lenguaje” plantea que el lenguaje es hablar con otros y en
este sentido la esencia del lenguaje se daría en el diálogo, también dice que el lenguaje no puede ser reducido meramente a una modalidad expresiva ya que el lenguaje está destinado tanto a expresar como encubrir ideas, entre otros usos. De este modo, entendemos que concibe al lenguaje como acto de habla que “requiere para su realización una técnica determinada y condicionada históricamente. [Es decir] lenguas que son, en efecto, técnicas históricas de lenguaje (…) Ya que hablar es siempre hablar una lengua” (Coseriu, 1991:16) o idioma.
Ya sabemos, entonces, que la lengua es un producto del lenguaje y que se expresa en un idioma. Ahora nos queda volver y desentrañar qué significa esto de que “la lengua es un sistema de signos arbitrarios” (Saussure, 2004). Tal como lo planteó Saussure la lengua es un sistema de diferencias puramente negativas ya que las unidades lingüísticas se diferencian entre sí por una relación de negatividad y, en este sentido, se reclaman mutuamente y constituyen un sistema. Respecto del signo, el lingüista ginebrino formuló que el mismo está constituido por dos elementos: el significante y el significado que son dos elementos inseparables y constitutivos del signo que, asimismo, es descripto como: arbitrario, discreto, inmotivado y activo (Cf. 2004). Complementado esta conceptualización que Saussure realiza sobre el signo lingüístico tenemos la definición de signo de Valentín Voloshinov (1992) quien plantea que “donde hay un signo hay ideología” por cuanto si comprendemos que la lengua es un sistema de signos, queda claro que la lengua es enteramente ideológica, según los términos en que la comprende el lingüista ruso.
Por otra parte, cabe retomar aquí la idea de Coseriu de que la lengua “es una técnica determinada y condicionada históricamente” (Ob. Cit, 1991). Esto coincide con el planteo de Bronckart (2007:25) quien sostiene que “desde su nacimiento, el bebé, es confrontado no sólo con el medio físico, sino también con el mundo de las construcciones económicas, semióticas y culturales elaboradas por generaciones precedentes”. Queda claro que para ambos autores la lengua, de la que se apropiará el niño al nacer, será una construcción social, histórica e ideológica. A su vez, Jean Paul Bronckart plantea que “el niño se apropia progresivamente de las reglas de acción y comunicación en uso en su entorno, luego las interioriza, elabora un lenguaje interior constituido de significaciones verbales contextualizadas” (Ob. Cit.:25) que da lugar al pensamiento. En este punto quien tiene algo para enseñarnos es Lev Vygotski. El psicólogo ruso sostiene que hay una diferencia entre el lenguaje interiorizado y el lenguaje externo (verbalizado en palabras). Para Vygotsky (1934/73: 191 a 197) un mismo pensamiento puede ser expresado a través de diferentes oraciones, y aclara, “el pensamiento no está formado por unidades separadas como el lenguaje[3] (…) En la mente el pensamiento está completo simultáneamente pero en el lenguaje debe ser desarrollado en forma sucesiva[4]”. Es decir, “el pensamiento no tiene una contrapartida automática en las palabras, la transición de pensamiento a palabra conduce al significado[5]”. A su vez, en el mismo texto, Vygotsky plantea que el pensamiento se origina a partir de las motivaciones: necesidades, deseos, intereses y emociones del sujeto, es decir, detrás de cada pensamiento, para el autor, hay una tendencia afectiva-volitiva que se expresa de manera más o menos velada en lo que se denomina motivo (o a veces sub-texto) y que es a partir de esto que se produce aquello que llamamos lenguaje. 
Al hablar del vínculo emotivo-volitivo que tienen el pensamiento y el lenguaje no podemos dejar de mencionar el planteo de Maturana (2003:104). El autor sostiene que el lenguaje surgió del modo de vida de los homínidos, quienes necesitaron coordinar acciones debido a que  convivían  y para que continúe dicha convivencia necesitaron coordinar conductas. “Esta necesidad de coordinación para criar niños, compartir alimentos y tener encuentros sexuales;  fue el origen del lenguaje”. Maturana entiende al lenguaje como lenguajear, es decir,  asociado con el emocionar del que procede el acto de conversar (Ob. Cit. 2003: 104). Este pensar del homínido reestructuró las formas psíquicas de la etapa natural del desarrollo del hombre y se produjo un pensamiento sistemático y operatorio, que dio lugar a lo que Voloshinov (1992:36) llamó conciencia. Para Voloshinov la conciencia humana es producto de la interacción sígnica de una colectividad y, por tal, también es ideológica. Para el pensador ruso la palabra es signo y fenómeno ideológico por excelencia ya que es a través de ella que se expresa la conciencia individual.
Antes de terminar esta exposición vamos a citar el texto en el que  Bronckart (2001) plantea que “la propiedad arbitraria radical confiere al psiquismo una real autonomía en relación con los parámetros del mundo representado[6]. El carácter discontinuo hace posible la elaboración de unidades mentales susceptibles de combinarse en operaciones de pensamiento; el carácter desdoblado hace posible la autorreflexividad o la capacidad de pensar su propio pensamiento (conciencia)”. Este planteo de Bronckart nos acerca a otra dimensión del lenguaje que ya no estaría vinculada sólo con la expresión, ni con la denominación de “la realidad ajena a él[7]”, sino con la conciencia[8] y la capacidad de autorreflexividad que tiene el pensamiento y que –según entiendo- lo sofistica, es decir, lo vuelve menos primitivo.
Por último, volviendo al planteo de Voloshinov respecto de que el “signo es ideológico” entendemos que puede sintetizarse con la última frase del texto “Pensamiento y palabra” de Vygotsky: “una palabra es un microcosmos de conciencia humana”.




Bibliografía:
Bronckart, J.-P. (2001) : “Entenderse para actuar y actuar para entenderse” [“S'entendre pour agir et agir pour s'entendre”], Raisons Educatives 4. Théories de l'action et interventions formatives. [Traducción: D. Riestra]

Bronckart, J.-P. (2007): “Capítulo 1”, Desarrollo del lenguaje y didáctica de laslenguas. Buenos Aires: Miño & Dávila.

Coseriu, E. (1991): “El hombre y su lenguaje”, en: El hombre y su lenguaje. Estudios de teoría y metodología lingüística. Madrid: Gredos.

Maturana, R. H. (2003): “Lenguaje y realidad: el origen de lo humano”, en: Desde la Biología a la Psicología. Buenos Aires: Lumen.

Riestra, D. (2008): ”Cap. 1 Lengua, lenguaje y pensamiento humano, en: Las consignas de enseñanza de la lengua. Un análisis desde el interaccionismo socio-discursivo, Buenos Aires, Miño & Dávila.

Saussure, F. (2004): Escritos sobre lingüística general. Barcelona: Gedisa
Voloshinov, V. (1992): “El estudio de las ideologías y la filosofía del lenguaje” y “Problema de la relación entre las bases y las superestructuras”, en: El marxismo y la filosofía del lenguaje. Madrid: Alianza

Vygotski, L. S. (1934/2004): “Aprendizaje y desarrollo intelectual en la edad escolar”, en: LURIA, LEONTIEV, VIGOTSKY, Psicología y Pedagogía. Madrid: Akal.
Vygotsky, L. S. (1934/1973): “Pensamiento y palabra”, en: Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires: La Pléyade.



[1] Basándose en las ideas de Coseriu, Bronckart y Lev Vygotski
[2] Bronckart (2007) es otro autor que plantea que el lenguaje es el actuar verbal que se organiza en diferentes niveles encastrados de textualización: organización, textualización y enunciación del texto.
[3] Esta idea queda más clara cuando leemos el ejemplo del Vygotsk que dice “Cuando deseo comunicar que hoy ví a un niño descalzo con una blusa azul, corriendo por la calle, no veo cada aspecto en forma separada: el niño, la camisa, la blusa azul, etc. Concibo todo esto en un solo pensamiento pero lo expreso en palabras separadas” Cf. Vygotsky, 1934/73)
[4] Esto coincide con el principio de linealidad del significante planteado por Saussure.
[5] Que no habría que confundir con significación que estaría únicamente en el plano del pensamiento o la psiquis.
[6] En este punto, el autor distingue su postura de la concepción del lenguaje como designativa. 
[7] El entrecomillado pretende expresar que autores tales como Wittgenstein cuestionarían fuertemente la distinción lenguaje/ realidad.
[8] Entendemos  conciencia en términos generales, es decir, como interioridad que va más allá de la idea marxista de conciencia de clase.

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