Lengua,
lenGuaje, penSaMiento, seXo e ideOlogía
O un regreso impensado al academicismo...
A fin de especificar el vínculo que
hay entre los términos: lengua, lenguaje, pensamiento, sexo e ideología; empezaremos estableciendo
que entendemos a la lengua tal como la concibe Saussure (2004), es decir, como
un sistema de signos arbitrarios producto de la actividad del lenguaje humano.
Es decir, comprendemos que la actividad del lenguaje construye a la lengua y
que ésta, a su vez, modifica al pensamiento. Tanto Eugenio Coseriu (1991) como Dora
Riestra[1]
(2008) conciben al lenguaje como una actividad humana que es la actividad del
habla[2]
o “hablar con otros” en palabras textuales de Coseriu. No obstante, si bien el
autor en su texto “El hombre y su lenguaje” plantea que el lenguaje es hablar
con otros y en
este sentido la esencia del lenguaje se daría en el diálogo,
también dice que el lenguaje no puede ser reducido meramente a una modalidad
expresiva ya que el lenguaje está destinado tanto a expresar como encubrir
ideas, entre otros usos. De este modo, entendemos que concibe al lenguaje como
acto de habla que “requiere para su
realización una técnica determinada y condicionada históricamente. [Es
decir] lenguas que son, en efecto,
técnicas históricas de lenguaje (…) Ya que hablar es siempre hablar una lengua”
(Coseriu, 1991:16) o idioma.
Ya sabemos, entonces, que la lengua
es un producto del lenguaje y que se expresa en un idioma. Ahora nos queda
volver y desentrañar qué significa esto de que “la lengua es un sistema de signos arbitrarios” (Saussure, 2004).
Tal como lo planteó Saussure la lengua es un sistema de diferencias puramente
negativas ya que las unidades lingüísticas se diferencian entre sí por una
relación de negatividad y, en este sentido, se reclaman mutuamente y constituyen
un sistema. Respecto del signo, el lingüista ginebrino formuló que el mismo
está constituido por dos elementos: el significante y el significado que son
dos elementos inseparables y constitutivos del signo que, asimismo, es
descripto como: arbitrario, discreto, inmotivado y activo (Cf. 2004).
Complementado esta conceptualización que Saussure realiza sobre el signo lingüístico
tenemos la definición de signo de Valentín Voloshinov (1992) quien plantea que
“donde hay un signo hay ideología”
por cuanto si comprendemos que la lengua es un sistema de signos, queda claro
que la lengua es enteramente ideológica, según los términos en que la comprende
el lingüista ruso.
Por otra parte, cabe retomar aquí la
idea de Coseriu de que la lengua “es una
técnica determinada y condicionada históricamente” (Ob. Cit, 1991). Esto
coincide con el planteo de Bronckart (2007:25) quien sostiene que “desde su nacimiento, el bebé, es confrontado
no sólo con el medio físico, sino también con el mundo de las construcciones
económicas, semióticas y culturales elaboradas por generaciones precedentes”.
Queda claro que para ambos autores la lengua, de la que se apropiará el niño al
nacer, será una construcción social, histórica e ideológica. A su vez, Jean
Paul Bronckart plantea que “el niño se
apropia progresivamente de las reglas de acción y comunicación en uso en su
entorno, luego las interioriza, elabora un lenguaje interior constituido de
significaciones verbales contextualizadas” (Ob. Cit.:25) que da lugar al
pensamiento. En este punto quien tiene algo para enseñarnos es Lev Vygotski. El
psicólogo ruso sostiene que hay una diferencia entre el lenguaje interiorizado
y el lenguaje externo (verbalizado en palabras). Para Vygotsky (1934/73: 191 a 197)
un mismo pensamiento puede ser expresado a través de diferentes oraciones, y
aclara, “el pensamiento no está formado
por unidades separadas como el lenguaje[3]
(…) En la mente el pensamiento está completo simultáneamente pero en el
lenguaje debe ser desarrollado en forma sucesiva[4]”.
Es decir, “el pensamiento no tiene una
contrapartida automática en las palabras, la transición de pensamiento a palabra
conduce al significado[5]”.
A su vez, en el mismo texto, Vygotsky plantea que el pensamiento se origina a
partir de las motivaciones: necesidades, deseos, intereses y emociones del
sujeto, es decir, detrás de cada pensamiento, para el autor, hay una tendencia
afectiva-volitiva que se expresa de manera más o menos velada en lo que se
denomina motivo (o a veces sub-texto) y que es a partir de esto que se produce
aquello que llamamos lenguaje.
Al hablar del vínculo
emotivo-volitivo que tienen el pensamiento y el lenguaje no podemos dejar de
mencionar el planteo de Maturana (2003:104). El autor sostiene que el lenguaje surgió
del modo de vida de los homínidos, quienes necesitaron coordinar acciones
debido a que convivían y para que continúe dicha convivencia necesitaron
coordinar conductas. “Esta necesidad de
coordinación para criar niños, compartir alimentos y tener encuentros
sexuales; fue el origen del
lenguaje”. Maturana entiende al lenguaje como lenguajear, es decir, asociado con el emocionar del que procede el acto de
conversar (Ob. Cit. 2003: 104). Este pensar del homínido reestructuró las
formas psíquicas de la etapa natural del desarrollo del hombre y se produjo un pensamiento
sistemático y operatorio, que dio lugar a lo que Voloshinov (1992:36) llamó
conciencia. Para Voloshinov la conciencia humana es producto de la interacción
sígnica de una colectividad y, por tal, también es ideológica. Para el pensador
ruso la palabra es signo y fenómeno ideológico por excelencia ya que es a
través de ella que se expresa la conciencia individual.
Antes de terminar esta exposición
vamos a citar el texto en el que Bronckart
(2001) plantea que “la propiedad
arbitraria radical confiere al psiquismo una real autonomía en relación con los
parámetros del mundo representado[6].
El carácter discontinuo hace posible la
elaboración de unidades mentales susceptibles de combinarse en operaciones de
pensamiento; el carácter desdoblado hace posible la autorreflexividad o la
capacidad de pensar su propio pensamiento (conciencia)”. Este planteo de Bronckart
nos acerca a otra dimensión del lenguaje que ya no estaría vinculada sólo con
la expresión, ni con la denominación de “la realidad ajena a él[7]”,
sino con la conciencia[8]
y la capacidad de autorreflexividad que tiene el pensamiento y que –según
entiendo- lo sofistica, es decir, lo vuelve menos primitivo.
Por último, volviendo al planteo de Voloshinov
respecto de que el “signo es ideológico” entendemos que puede sintetizarse con
la última frase del texto “Pensamiento y palabra” de Vygotsky: “una palabra es un microcosmos de conciencia
humana”.
Bibliografía:
Bronckart,
J.-P. (2001) : “Entenderse para actuar y actuar para entenderse” [“S'entendre
pour agir et agir pour s'entendre”], Raisons Educatives 4. Théories de l'action
et interventions formatives. [Traducción: D. Riestra]
Bronckart, J.-P. (2007): “Capítulo 1”, Desarrollo del lenguaje y didáctica de laslenguas. Buenos Aires: Miño & Dávila.
Bronckart, J.-P. (2007): “Capítulo 1”, Desarrollo del lenguaje y didáctica de laslenguas. Buenos Aires: Miño & Dávila.
Coseriu,
E. (1991): “El hombre y su lenguaje”, en: El hombre y su lenguaje. Estudios de
teoría y metodología lingüística. Madrid: Gredos.
Maturana, R. H. (2003): “Lenguaje y realidad: el origen de lo humano”, en: Desde la Biología a la Psicología. Buenos Aires: Lumen.
Riestra, D. (2008): ”Cap. 1 Lengua, lenguaje y pensamiento humano, en: Las consignas de enseñanza de la lengua. Un análisis desde el interaccionismo socio-discursivo, Buenos Aires, Miño & Dávila.
Saussure, F. (2004): Escritos sobre lingüística general. Barcelona: Gedisa
Voloshinov, V. (1992): “El estudio de
las ideologías y la filosofía del lenguaje” y “Problema de la relación entre
las bases y las superestructuras”, en: El marxismo y la filosofía del lenguaje.
Madrid: Alianza
Vygotski, L. S. (1934/2004): “Aprendizaje y desarrollo intelectual en la edad escolar”, en: LURIA, LEONTIEV, VIGOTSKY, Psicología y Pedagogía. Madrid: Akal.
Vygotski, L. S. (1934/2004): “Aprendizaje y desarrollo intelectual en la edad escolar”, en: LURIA, LEONTIEV, VIGOTSKY, Psicología y Pedagogía. Madrid: Akal.
Vygotsky, L. S. (1934/1973):
“Pensamiento y palabra”, en: Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires: La Pléyade.
[1] Basándose en
las ideas de Coseriu, Bronckart y Lev Vygotski
[2] Bronckart
(2007) es otro autor que plantea que el lenguaje es el actuar verbal que se
organiza en diferentes niveles encastrados de textualización: organización,
textualización y enunciación del texto.
[3] Esta idea
queda más clara cuando leemos el ejemplo del Vygotsk que dice “Cuando deseo
comunicar que hoy ví a un niño descalzo con una blusa azul, corriendo por la
calle, no veo cada aspecto en forma separada: el niño, la camisa, la blusa
azul, etc. Concibo todo esto en un solo pensamiento pero lo expreso en palabras
separadas” Cf. Vygotsky, 1934/73)
[4] Esto
coincide con el principio de linealidad del significante planteado por
Saussure.
[5] Que no
habría que confundir con significación que estaría únicamente en el plano del
pensamiento o la psiquis.
[6] En este
punto, el autor distingue su postura de la concepción del lenguaje como designativa.
[7] El
entrecomillado pretende expresar que autores tales como Wittgenstein
cuestionarían fuertemente la distinción lenguaje/ realidad.
[8]
Entendemos conciencia en términos
generales, es decir, como interioridad que va más allá de la idea marxista de
conciencia de clase.
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